Esta imagen captura una escena común de un restaurante chino en Yanqing, ciudad a hora y media de Beijing. El quemador es testigo del frío que hacía dentro del establecimiento (hacía mucho bajo cero en la calle) y el señor que maneja con maestría el mondadientes dejó buena parte de esa bebida de extraño color (y probablemente sabor) sobre la mesa tras marcharse.
Lo que realmente me fascinó en esta escena fue la maestría con la que está colocado ese cartel de la pared que anuncia las fiestas del año nuevo chino, a la vez que advierte del peligro de dejar a los niños jugar con pirotecnia. Y digo maestría porque si miráis con atención, podréis advertir que justo en la parte inferior del cartel está perfectamente enmarcado el pulsador de alarma por fuego. Pasa completamente inadvertido.
En esta escena los personajes del cartel van vestidos de rojo (por aquello de la fiesta) pero a la vez se utiliza el rojo para señalar la recomendación de seguridad de la parte inferior del cartel, que queda tapado por el pulsador de emergencia también rojo.
El rojo en China es utilizado, como en casi todo el mundo, para transmitir avisos, advertencias de peligro y dar visibilidad a los instrumentos de emergencia. Pero también es el color nacional, es el color de la bandera y se utiliza para comunicar felicidad, suerte, matrimonio y fiestas. El rojo es omnipresente, si va a acompañado de dorado (como en la bandera y en el arco de la pared) mejor que mejor.
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