Actividades como leer una revista son propias de los momentos de espera. Están ahí para rellenar un hueco y las abandonamos en cuanto salimos de ese momento de transición. Son aquellos momentos en los que aparentemente no hacemos nada, huecos esperando una oportunidad de ser rellenados con algo mínimamente productivo o interesante.
Últimamente disfruto mucho de esos momentos de espera. Los encuentro altamente productivos para ordenar mis pensamientos. Suelo decir que no me aburro porque siempre estoy pensando cosas que quiero hacer. Y cuando digo que estoy aburrido es porque en realidad no puedo comenzar con lo que quiero hacer en ese preciso instante. Estos momentos en los que no haces aparentemente nada son tan importantes como los más productivos.
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